Dos amigas se fueron de fiesta solas, sin sus maridos.
Cuando de madrugada regresaban a casa, dobladas por el alcohol,
les entraron deseos de ir al baño, pero lo único que había cerca era un cementerio.
Decidieron entrar y hacer sus necesidades. La primera no encontró
con que limpiarse, así que lo hizo con el tanga y lo tiró.
La segunda, como tampoco encontró con que limpiarse agarró la cinta de una corona de flores y se limpió con ella.
A la mañana siguiente los maridos se llaman y uno le dice al otro:
-- Juan...al loro, parece que nuestras mujeres lo pasaron demasiado bien anoche porque la mía llegó sin el tanga".
A lo que el otro le contesta:
--
"Tienes suerte, por lo menos la tuya llegó sin bragas, pero es que la
mía llegó con una tarjeta en el culo que decía: Tus amigos de Logroño
no te olvidan".